“El latido de Frida Sofía”
Por: Alondra Cervantes
El movimiento telúrico más grande de los últimos años regresaba 32 años después, volvió a tocar nuestras más profundas fibras. Pareciera que los mexicanos no tenían memoria para recordar los sucesos que rompieron los corazones de infinidad de personas aquél fatídico día. Sí, ese año maldito. No se podía creer que había vuelto y junto con él, la incertidumbre, la tristeza, el miedo, la ironía de la vida. El corazón latía rápidamente. Era como si la sangre recorriera todo el cuerpo, adrenalina pura.
Al salir a las estrechas calles de la Ciudad de México, parecía un estado de guerra. Todo en ruinas, personas bajo los escombros, niños debajo de los grandes muros de su escuela, de ese edificio el cual adoraban ir a estudiar y a compartir historias de aventuras con sus amigos. Esos pequeñines que simulaban ser su personaje favorito de las películas de Disney. Sin esperarlo, en un abrir y cerrar de ojos, toda la vida se esfumaba, se derretía como el hielo. Todo aquello parecía un mar de lágrimas y las esperanzas puestas en la fe, en el ser divino. En el cielo. Todo indicaba que el mundo se desmoronaba.
En un espacio de tiempo, resonaba el nombre de "Frida Sofía", el amor de los individuos renació y ansiosos esperaban mirar los hermosos ojos de ella.
¡Oh sorpresa!, la desilusión comenzó a inundar los corazones de los mexicanos. Aquellos dos luceros que anhelaban observar no existían más. No está, nunca lo estuvo.
La esencia estaba perdida y la creencia de encontrar algún latido, también.


Alondra Cervantes