Coco.                                    La película más taquillera de todos los tiempos.

                                                                                                                Por Janett Ortiz 

La película de Pixar, que se estrenó a finales de octubre en México, ha tenido demasiado éxito y muy buenas críticas tanto de medios, como del público.

Sin temor a hacer spoiler, -ya ha quedado claro que todo mundo la ha visto, incluso la gente que normalmente no consume cine-, me atrevo a reseñar lo siguiente: Coco nos cuenta la historia de Miguel, un niño que sueña con ser músico, sin embargo, su sueño es frustrado por su familia, que, aunque trabajadora -como la gran mayoría de las familias mexicanas- vive en eterno resentimiento hacia la música, por una aparente deserción familiar de mucho tiempo atrás.

¿Cierto? Ah no, según la opinión colectiva, Coco, habla de las tradiciones del Día de Muertos y algunos más audaces dicen que, retrata espléndidamente nuestro México.

¿Es esto verdad?

¿Coco es la maravilla que todos dicen que es? No voy a responder esa pregunta, en cambio, lanzare unas cuantas más.

¿Es una creencia mexicana, que cuando mueres, no es para descansar en paz, sino que, por el contrario, llegas a un mundo en el que las clases sociales siguen siendo determinantes en tu existencia? ¿Un mundo en el que incluso la burocracia sigue entorpeciendo tu día a día?

¿Un lugar, en el que vuelves a "morir" si no hay nadie que te recuerde del lado de los vivos?

¿Los asesinos y la gente buena "existen" en el mismo sitio?

El mensaje de Coco, es contundente, pero desolador y para nada cumple con ninguna de las creencias del pueblo mexicano. Sin embargo, mucha gente, pero en particular, los que pertenecen a esta nación, han quedado enganchados con esta trama, con esa "realidad" de las cosas.

¿Necesitamos que vengan los gringos, a decirnos cómo son nuestras tradiciones para que las recordemos? O, mejor dicho, para que tengamos una nueva percepción de lo que se supone creíamos.